Un legado de belleza y maestría transmitido a través de los siglos.
Amo las telas de Bevilacqua por su riqueza, su historia y el arte extraordinario que representan.
Cada terciopelo y cada brocado cuentan la historia de Venecia: sus palacios, sus talleres, una tradición que sigue viva gracias a manos expertas y a un trabajo paciente.
Cuando trabajo con una tela de Bevilacqua, siento que me conecto con ese legado: lo transformo en algo nuevo, algo propio, con el mismo cuidado y dedicación que siempre han definido la auténtica artesanía.
Estas telas me inspiran a crear accesorios atemporales, piezas que llevan consigo el peso de la historia pero que hablan al presente con elegancia y delicadeza.